CURSO DE GRAMATICA CASTELLANA DE HUGO ROMEO GUERRA (y la foto es horrible pero era la única que había en toda la Internet)
Clase XIV: "No mandés cualquiera"
Suele ocurrir que la muchachada me para por la calle y me consulta: "Hugo Romeo, ¿está bien que diga que nos fuimos con los pibes en el Senda a ver al Pincha, o está más bien tirando a mal? Y yo les digo que no, que comprendo que el Pincha ande derecho y que el Senda sea un auto noble, pero que la proposición es inadecuada y que hay que considerar cuidadosamente los dos factores que convierten la oración en un derroche de incorrección.
1) Estudiantes de la Plata (picha): se les va a terminar la racha y vas a quedar de garpe. Mejor hacete hincha de Defensa y Justicia que ni clásico tiene. O de San Telmo: jugás de local en la Isla Maciel y si algún visitante se anima a ir tenés permiso de la Bonaerense para masacrarlo, con lo cual la diversión es doble.
2) El Senda: no hay que confiar, a esta altura la mayoría fueron remises y te los disfrazan con masilla en los guardabarros para sacárselos de encima. La posta es que están todos podridos. Si querés un auto medio pelo comprate un 12 o un 504 de los viejos. Ese hasta lo podés pistear. Nunca un 19 o un Duna porque están peor todavía: a la primera cuneta dejás el tren delantero.
Entonces, la formulación correcta de esta frase sería: "Nos fuimos en el Renó 12 con los pibes a ver a Defensa y Justicia". Así sí: con sintaxis adecuada y pronunciación pulenta, este país levanta o levanta, vas a ver. En seis meses somos Suiza.
Generalmente cuando esto sucede, los párvulos que requieren mi conocimiento agradecen el consejo surtiéndome en la nuca con una cachiporra y robándome la billetera, la cual siempre llevo llena de estampitas de San Expedito a efectos de purificarles el alma a estos chorros de cuarta antes de que se dé vuelta la tortilla, Patti agarre la manija y los mande a hacer caminos al sur por vagos.
En la próxima clase aprenderemos a insultar al referí con tal grado de saña que pare el partido y nos venga a boxear, pero sin llegar a contrariar el idioma de Cervantes. Mientras tanto, un poco de música con Mr. P para amenizar la velada y distendernos de la avalancha de datos útiles que yo, Hugo Romeo Guerra, te enchufé en el marulo.
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